Capítulo 1 Dong Zhuo monopoliza el poder

Capítulo 1

Dong Zhuo monopoliza el poder

En esos días, el emperador tenía diez eunucos y consejeros de confianza. El emperador Ling depositó demasiada confianza en ellos con el resultado de que el gobierno de la dinastía Han Oriental se vio en serio peligro.

El alto consejero Liu Tao aconsejó fervientemente al emperador que se deshiciera de los diez eunucos pero, en su lugar, el emperador lo encarceló y amenazó con ejecutarlo. El ministro de Interior, Chen Dan se golpeó la frente contra los escalones del trono como protesta. El emperador se enfadó y ordenó su prisión junto a Liu Tao. Esa noche fueron ejecutados los dos. Desde entonces, ningún funcionario se atrevió a alzar la voz en protesta.

En el verano de 189 d.C., el emperador Ling se puso muy enfermo y convocó a He Jin a Palacio para arreglar la sucesión. La emperatriz Dong hacía mucho que intentaba convencer a su hijo de que nombrara a Xian como heredero aparente y el emperador sí tenía un gran afecto por el bebé y estaba dispuesto a hacer lo que su madre deseaba. Cuando enfermó, uno de los eunucos, Jian Shuo, dijo:

-Si Liu Xie hereda el trono, hay que matar He Jin para evitar movimientos en contra. -El emperador también lo vio y convocó al guardián imperial He Jin.

He Jin venía de una familia humilde de carniceros pero su hermana se había convertido en concubina de gran rango y le había dado un hijo al emperador, llamado Liu Bian. Después de eso se convirtió en la emperatriz He y He Jin fue nombrado guardián imperial y oficial regente. De camino a su audiencia con el emperador, en las puertas del palacio He Jin fue advertido del peligro que corría. Volvió corriendo a su cuartel y llamó a los ministros que lo apoyaban. Se reunieron para pensar qué hacer y cómo matar a los eunucos. El emperador Ling murió pronto de su enfermedad. He Jin juntó cinco mil guardias reales, dirigidos por el comandante imperial Yuan Shao y entraron en palacio. En el salón en donde se hallaba el ataúd del difunto emperador colocaron en el trono a Liu Bian.

Liu Bian accedió al trono pero la emperatriz Dong, la madre del emperador Xian no estaba contenta. El eunuco Zhang Rang le aconsejó. Se encontró muy contenta con esos consejos. Al día siguiente convocó a la corte y expidió un edicto para hacer de Liu Xian príncipe de Chenliu y Dong Chong general de la caballería volante. También permitió de nuevo que los eunucos participaran de los asuntos de estado.

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Cuando la emperatriz He lo vio, preparó un banquete al que también invitó a su rival la emperatriz Dong. En medio de la fiesta, cuando todos estaban contentos por el vino, la emperatriz He se levantó y le ofreció a su invitada una taza aconsejándole que no se inmiscuyera los asuntos de estado. La emperatriz viuda Dong perdió los nervios y comenzó a gritar a su joven rival.

La emperatriz He también se enfadó mucho. Esa noche la emperatriz He llamó a su hermano a palacio y le dijo lo que había ocurrido. Salió y se encontró con los principales funcionarios del estado para hablar sobre cómo deshacerse de la emperatriz viuda Dong y Dong Chong. A la mañana siguiente, se llevó a cabo una sesión de la corte y se presentó un informe ordenando que la emperatriz viuda Dong fuera llevada a su palacio original de Hejian. Los emisarios secretos de He Jin envenenaron a la emperatriz Dong en su residencia del campo. Se colocaron muchos guardias alrededor de la morada imperial del tío Dong Chong. Le quitaron el sello de su cargo y él, sabiendo que era el final, se mató en sus apartamentos privados.

El comandante Yuan Shao fue un día poco después a ver a He Jin y le aconsejó que destruyera a los diez eunucos tan pronto como pudiera. Poco después, He Jin le dijo a la emperatriz viuda He su plan para asesinar a los eunucos. La emperatriz viuda He se lo pasaba bien con Zhang Rang y algunos de los otros, así que no lo aprobaba. Yuan Shao le presentó el plan a He Jin pidiéndole que llamara a sus fuerzas a la capital y matara a los eunucos, pero el consejero Chen Lin pensó que no podía salir nada bueno de ello salvo el caos y el desorden y se opuso. Entonces Cao Cao, uno de los secretarios de la corte, aplaudió y se rio.

He Jin le preguntó a Cao Cao por qué se reía. Cao Cao dijo:

-Un carcelero sería fuerza suficiente contra este tipo de mal. Deshacerse de los principales culpables es suficiente. ¿Por qué aumentar la confusión llamando a tropas de las regiones?

Al oír esto, He Jin se disgustó mucho y dijo con una voz burlona que quizás Cao Cao tuviera algún plan propio que buscara presentar. Cao Cao salió de la reunión proclamando:

-¡¡El que está llevando al mundo al caos es He Jin!

Se envió a Dong Zhuo, un señor de la guerra que conducía una fuerza de doscientas mil tropas, a Xiliang al noroeste de China. Era un hombre muy ambicioso. Un día, recibió una llamada de He Jin y se puso muy contento. Ordenó a su yerno Li Ru que redactara un informe indicando simplemente sus propósitos e intenciones para que los ministros tuvieran claro en qué posición se encontraban. Luego se dirigieron a la capital Luoyang.

Zhang Rang y los otros eunucos sabían que este movimiento iba directamente contra ellos y reconocieron que su única opción de supervivencia era atacar primero. Así que escondieron un grupo de cincuenta bandidos armados en la puerta de la Gran Virtud del palacio de la Felicidad, después fueron a ver a la emperatriz He y le pidieron que convocara al general. Sin saber que era una trampa, llamó a He Jin a palacio. He Jin creyó que diez asistentes regulares no intentarían nada contra el hombre que tenía el destino del imperio la palma de su mano. Muchos le aconsejaron sobre esta temeridad pero hizo oídos sordos a sus consejos. En la puerta de la Gran Virtud, se encontró con Zhang Rang y Duan Gui y entonces aparecieron los asesinos y cortaron en trozos a He Jin.

Yuan Shao y Cao Cao esperaron mucho tiempo. Impacientes por el retraso, llamaron:

-¡El carruaje espera, general! -y como respuesta arrojaron la cabeza de He Jin por encima del muro. Yuan Shao y Cao Cao se enfadaron mucho. Blandiendo las espadas, Yuan Shao y Cao Cao irrumpieron en palacio y masacraron a los eunucos sin importar la edad o el rango. Las llamas arrasaron los edificios.

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Mientras, Zhang Rang y Duan Gui habían huido y el emperador y el príncipe habían escapado. Se abrieron paso entre el fuego y el humo y viajaron sin parar hasta que alcanzaron las montañas Beimang. Era la tercera guardia. Oyeron un gran griterío detrás y vieron a los soldados en persecución. Zhang Rang, viendo que todo estaba perdido, saltó al río, donde se ahogó.

El emperador y el príncipe de Chenliu fueron hallados en un montón de paja y los guardias los escoltaron de vuelta a casa. La cabalgata no había avanzado mucho cuando vieron dirigirse hacia ellos a un gran número de soldados con estandartes que ondeaban escondiendo el sol y levantando una gran nube de polvo. El general que comandaba esta gran fuerza era Dong Zhuo. Dong Zhuo escoltó al emperador y al príncipe de Chenliu a palacio y al campo exterior. Se le podía ver cada día en las calles con una escolta de soldados armados para que la gente corriente se atemorizara constantemente.

También entraba y salía de palacio armado con su espada. Al día siguiente, Dong Zhuo hizo una fiesta con muchos invitados. De repente propuso el destronamiento del emperador y la instalación en su lugar del príncipe Liu Xie. Los convocados escucharon en perfecto silencio, sin atreverse ninguno a decir al principio una palabra en contra. Ding Yuan, protector imperial de Jingzhu se puso en pie, golpeó la mesa y se opuso vehementemente a la proposición. Dong Zhuo sacó la espada y se fue directamente por el objetor. Pero se había dado cuenta de que detrás de Ding Yuan había un guardaespaldas de aspecto particularmente peligroso, que entonces agarraba su alabarda amenazante y tenía los ojos brillantes de ira, así que paró su carga asesina de repente.

Pero, al día siguiente, supo que Ding Yuan había dejado la ciudad con un pequeño ejército y lo retaba a una batalla. Dong Zhuo, con su ejército, se dirigió a aceptar el reto. Los dos ejércitos se organizaron en la formación adecuada. La batalla fue a favor de Ding Yuan gracias a la valiente temeridad de Lu Bu y Dong Zhuo huyó para salvar la vida.

Entonces, Dong Zhuo llamó a sus oficiales a consejo. Li Su comentó que era paisano de Lu Bu y que lo conocía bien. Mientras Dong Zhuo estuviera dispuesto a darle a su fino caballo, Liebre Roja, y oro y perlas a Lu Bu, podría convencerlo para que se cambiara de bando. Dong Zhuo estuvo de acuerdo.

Lu Bu conminó a los soldados a que sacaran el caballo. Tenía la capa como un sol rojo brillante; ni un solo pelo de otro color. Lu Bu estuvo encantado con el caballo. Al día siguiente, con la cabeza del hombre asesinado como regalo, Lu Bu se dirigió a Li Su, que lo condujo a Dong Zhuo. Lu Bu le hizo una reverencia como padre adoptivo. Desde ahí, el poder y la influencia de Dong Zhuo aumentaron rápidamente. Derrocó al emperador anterior dándole en su lugar el título de príncipe de Hongnong y colocó en el trono al príncipe de Chenliu.

El nuevo emperador tenía nueve años y no tenía capacidad para gobernar el país. Dong Zhuo se convirtió en primer ministro y cada vez se hacía más poderoso y arrogante: cuando se inclinaba ante el trono no se quitaba la espada. A los ministros se les ordenó simplemente hacer su voluntad.

Uno de los que se había opuesto al complot para deponer al emperador y colocar al príncipe en el trono en su lugar era Yuan Shao. Se fue a la región de Jingzhou muy enfadado. Dong Zhuo creyó que era político perdonar a Yuan Shao y ofrecerle el gobierno de Bohai.

Después de esto, el emperador depuesto, su madre y la consorte imperial, la Sra. Tang, fueron trasladados al palacio de la Calma Eterna. Se cerraron las puertas a todos los visitantes. El emperador depuesto mostraba su resentimiento a través de los poemas que escribía. Dong Zhuo se enteró de esto y entonces hizo que envenenaran al emperador. La emperatriz He fue arrojada por la ventana.

Luego, el comportamiento de Dong Zhuo se volvió más atroz, pasaba las noches en palacio, deshonraba a las concubinas imperiales y hasta dormía en el Sofá del Dragón. Una vez sacó a sus soldados de la ciudad para ir de caza a Yangcheng mientras los habitantes estaban reunidos para el Festival de Primavera. Sus tropas rodearon el lugar y lo saquearon. Se llevaron el botín con carros y mujeres prisioneras y más de mil cabezas cortadas.

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